7 de noviembre de 2009

Reflexión, II

La mediocridad es altamente argumentadora. Pero, ¿dónde está? ... Pues nos parece difícil advertir el aire que respiramos y que se ha transformado en nuestra sangre.

Las ideologías (convertidas en ciencia social) ponen a disposición de quien quiera no pensar su amplio stock de posibilidades.

Marx no niega la ideología, sino que le da derechos ciudadanos. Sin embargo, muy pocos de los memes circulantes soportarían el test crítico kantiano.

En nuestros sueños somos seres bondadosos.

La ruina te llega cuando ya estaba: a base de un encadenamiento de tonterías que fuimos dejando pasar.

Nomoi: continuamente estamos al caer desde esa cima. Barnices costrosos. A esa propensión a declinar la llamábamos pasión o deseo (este último vocablo para señalar la incitación malsana del cuerpo), luego instinto. Así nos animalizábamos de nuevo y podíamos fundar el suelo humano en el circular de la sangre. Ahora... ahora cualquier crimen (lo llamábamos pecado) es excusado.

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