4 de octubre de 2009

Maquiavelismo

Ser tú el primero en el juego que denuncias, sin dejar de despreciarlo. La verdad queda para los amigos. No hace falta ni que la digas. Estáis en lo sabido.

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Y lo otro, sin nada que ver:

Después del sueño viene la angustia. Cuando ésta debería limitarse a los acontecimientos oníricos. Cesando al despertar.

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Páginas, magníficas, de El ocultamiento de lo humano de M. Nussbaum. (Vid., a propósito, el Canto a mí mismo de W. W.)

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Luz oscurísima.

Aunque yo no llego a comprender en qué sentido el relojero podría ser más previsor. Ni en cuál podríamos exigirle al hijo del carpintero una entrega mayor. Quizás sobraba la que efectuó y (quizás) hubieran sido más razonables las previsiones de perdición, si no la pura indiferencia, del Zeus olímpico y golpista.

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