8 de septiembre de 2009

Progreso biopolítico

La carne y la cosa.

***

Confieso que el conocimiento de la opinión pública inmediata que aportan los periódicos, valga lo que me parece una paradoja, a través de lo que suponen los comments a las noticias publicadas electrónicamente, me inquieta a veces. Así que, medroso uno, prefiere ser engañado o suavemente tiranizado por los tres poderes más el cuarto, aparte de las fuerzas vivas civiles y religiosas de su pueblo, antes que poner mi libertad bajo la férula, o consistente en, de la masa jacobina desatada. Esto no es democrático y lo sé. Va a ser cuestión de leer La rebelión... orteguiana. Para exorcizarme yo y culparlo a él. Así la maquinaria democrática podrá seguir bien engrasada con la contribución mínima y voluntaria de mi conciencia, que dirá sí a todo lo que el pueblo diga. Lo que la iglesia no tuvo, lo tendrá el estado y sus gentes. Sea.

No hay comentarios: