2 de agosto de 2009

Anotaciones

Legítima defensa:

El sentido de orientación del varón es infinitamente superior. Yo soy la prueba, en la forma de su excepción. Un peligro, vamos---

La bella población costera de A., en la provincia de M., debe tener algo de especial para mí, debe significar algo en mi vida, quiero decir --- si directamente me permite hacer el tonto nada más llegar, con esa facilidad y espontaneidad que tenemos los talentosos en estas materias.

… Pero el galápago está a salvo.

Un ventilador infame para soportar el calor: chirría ya igual que un artefacto moribundo, desvencijado, artrítico. Producto de una industria que genera, de salida, desechos ni futuros.

Jünger en Angola, 1966. Después de una cruenta rebelión de los “negros”, casi diez años antes del final de la dictadura e imperio portugueses. La mentalidad espontánea e ingenua de Jünger resulta odiosa en muchas ocasiones, envidiable en otras. Pensamos en canallas simpáticos, un poco tronados.


Hay cosas demasiado dolorosas, tanto que cuando las oímos no queremos comprenderlas. Para no guardar su significado, y que resuene en ocasionales pesadillas. No.

Una imagen bellísima, la más del día, en el balcón del cuarto piso, en la otra acera: el viejo que conduce a su vieja (¿alzheimer?) por el balcón, que la abraza y le acaricia el pelo, y que luego le apoya el brazo, el de ella, en la barandilla… Allí están ahora, en sus sillas uno al lado de otro.

(31 de julio) Vaya día de final de mes! Malísimo. Páginas pasadas más que leídas de Jünger (Pasados los setenta, I). Cualquier página un reto, cualquier comida un mundo.

(1 de agosto) Nada, malestar continuo. Con el cuerpo no se hacen chistes. Jünger a salto de mata. Depresivo o deprimido en ocasiones. Pendiente un cumpleaños.


Se admira en Jünger una nobleza ingenua, un conocimiento de los límites que está en los antípodas de lo que él mismo (E. J.) denuncia: el imperio de la estadística, de la transformación de la kalokagathia en el hombre de los records, del football en el márketing de y sobre Cristiano R.

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