6 de junio de 2009

Concuso

La verdad es que estoy un poco o un mucho asqueado de libros y papeles. La letra me cansa, las palabras no las entiendo, las conversaciones no las sigo... Ahora estoy con las aprensiones de la edad y de la persona (Ay, este pinchazo, Dios mío! Pero, ¿no era más bien un dolor sordo y repentino?). Las palabras son duras y yo soy un ser frágil. Conviene que salga a pasear un rato, que me busque una terraza de las que ayudo a mantener, me pida una cerveza (la felicidad del pobre) y lea unas páginas de Galdós o de Galdós.

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