9 de mayo de 2009

Autodisolución de la razón

Ni en el mundo ni “fuera del mundo” cabe pensarse en nada absolutamente bueno excepto la buena voluntad, escribe Kant en la Grundlegung… Ni en el mundo ni fuera de él tampoco puede pensarse en la existencia de una voluntad buena, deducimos de la lectura del Tractatus… de Wittgenstein. (Han pasado menos de 150 años y un tour de force lingüístico.) El juicio ético planea sobre el mundo. Pero esto representa un aparte imposible. En efecto, siempre cabría otro punto de vista que evaluara una realidad compuesta por el sujeto y su mundo… Así que no es que el juicio ético haya de ser exterior al mundo, sino que se muestra imposible. Por lo mismo que cualquier estimación general del mundo, aunque fuera estimado neutralmente, constituye una aberración lógica, como una totalidad de la que uno se excluye. No será quizás arriesgado pensar en que el bien y el mal son inimaginables (sin concepto capaz de figurarlos) porque pretenden ejercerse sobre un inexistente. Que, a causa de ello, las acciones son ciegas, en el interior de un conjunto abierto o impensable y sin razón.

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