11 de marzo de 2009

Escrito

La tarde va con su carga de angustia: los moralistas tenemos estas cosas, esta incompetencia para actuar. Me queda el consuelo de conocer anticipadamente que todos mis actos serán errados una vez que los examine...

... se me ocurre pensar si de la autoimposición de hechos y normas, que en eso consiste la libertad (en la autonomía, que lleve uno su vida y que no lo lleve ella, ni la lleven), se me ocurre pensar o imaginar, me/te digo, si esa autoimposición generalizada, pues todos tenderemos a ello, no nos aisla finalmente. Pero, claro, yo no soy psicólogo, sino un ser que los necesita (dsm iv?) y un amante de la frivolidad y/o superficialidad como máscaras. Pero se trata de aprovecharlo todo: en mi caso de proyectar lo de ahora como recuerdos y palabras que posteriormente escribiré... pues como no tengo memoria y lo que viví de joven no lo guardo a mano, ya me hice el propósito de que eso no vuelva a pasar. "Recuerdo una tarde primaveral y prealergénica de marzo en un bello pueblo de la sierra de A. en que yo le escribía esto a ..."

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