22 de marzo de 2009

Arbitrariedad

O de la libertad negativa, independencia:

a) Un punto de vista de teología negra a propósito de Los Gremlins, a partir de la consideración, narratológicamente determinada, de que el objeto que se destina al joven, para que lo cuide, es la libertad (o la razón, pero es lo mismo: razón teórica = razón práctica).

(Véase con respeto la película y concédaseme en parte la razón...)

Ítem más: no se nos quería destinar el ser extraño, pero a pesar de todo vino a caer en nuestras manos, para ser cuidado. De la luz, del agua y de la comida: de la materia y de la energía que mantienen la vida y la ponen en disposición de querer más vida y reproducirse. El ser otorgado no puede reproducirse (no debe), he ahí el mandato mayor. La vida designa el mayor de los males, la contraluz en la que solamente pueden vivir los entes multiplicados. La existencia ha tenido que ser consentida por un dios inseguro, por Alguien que no acababa de creerse lo de su perfección e infinito saber... La luz destruye, y no podemos creer que la luz niegue; tan acostumbrados estamos a emparejarla con la verdad y el bien, a llamarla Dios.

b) El hotel que recuerdo que tengo que pagar, pues he ido abandonando esa obligación en mi conciencia y la cuenta ha tenido que ir aumentando: mis culpas, que decido pagar un sábado por la mañana. (Luego me despierto y no estoy en ningún hotel, sino aquí.)

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De la necesidad de Spinoza.

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Interpretación de Monterroso: amor y soledad.

1 comentario:

Egoficción dijo...

¡Qué Spinoza! Un psalmo ateo al Dios (no spinoziano) inexistente.