10 de enero de 2009

Comments pedagógicos

¿Enseñar a enseñar?

MLL, en Enero 10th, 2009 a 11:20 am Dijo:
En efecto, ya va bien lo de poner aquí los comentarios. Aparte de que me parecía un poco fuera de lugar pegar un comentario anti-pedagógico (sí, lo confieso) después de su post sobre Safranski y Sch. (Por cierto que le admiro su capacidad de trabajo.)
En fin, tantas cosas se podrían decir sobre enseñanza y pedagogía, sobre como la escuela se convirtió en un campo de batalla político, de uno y otro signo… Y a eso le llamaron educación (término de resonancias fascistas; por lo de e-duce y porque a los movs. totalitarios no les interesaba que se instruyera ni que se ilustrara ni enseñara ni na de na. A la sociedad, quizás tampoco. Quedará la buena y exigente enseñanza republicana francesa (la de Medias) como una leyenda de tiempos heroicos, para nosotros los nostálgicos: la escuela, instrumento de movilidad social; igualadora, porque a todos daba la misma oportunidad con tal de exigirles y que se exigieran…; integradora; laica; etc. Leyendo algún libro sobre la Francia en torno a la II GM, sobre las gentes de la cultura, su relación con la política, las editoriales, etc. me quedé admirando viendo el lugar fundamental que desempeñaban en todo ello los “agregados”, y que eran un modelo no solo para sus alumnos, privilegiados alumnos, sino para la entera sociedad, a veces. Porque también podía haber malvados… pero inteligentes. Para llorar: por la estupidez que uno, que todos, tiene que aguantar; estupidez que consiste en que la sociedad ha asumiendo que los profs. de Secundaria son directamente imbéciles y gandules. Supongo que esta culta sociedad ha confundido la reflexión y el sosiego con la gandulería. Habrá quien diga que esto no es así. Pues claro que no… Habrá incompetentes, tramposos y malvados en el gremio de los profs. de Secundaria (ni eso; ahora, todos docentes, excepto en la Univ.) Pero en buena lógica el ataque a un colectivo lleva de suyo el ataque a todos y cada uno de sus miembros. Y no nos defendemos. Casi no nos defendemos.
Me llamó fundamentalmente la atención en el artículo de A. de la Oliva, calvo et. al., la referencia a un asunto que parece incuestionado en estos debates, o sea, la pretensión de que el sedicente experto pedagógico base su saber en una supuesta técnica general al margen de los saberes particulares. Por eso yo decía en mi comment anterior lo del tiempo que lleva conocer cada uno su propia materia; como si eso fuera fácil; pero hemos aceptado que es fácil y la sociedad también, la cómoda y cliente sociedad. De ese tiempo invertido, no de una técnica mágica al uso de todos, expliquen ecuaciones o expliquen el “concepto” (como nos decía uno de estos expertos), de la lectura y la reflexión debe venir la técnica y la forma mismas, idénticas con el saber que uno ha asimilado y reflexionado o refractado o lo que sea. La pedagogía: un saber general, una mathesis cartesiana, o más todavía, en la vanguardia del progreso. Que el Señor nos ampare. Eso, la jerga, el sofisma o el insulto, les puede funcionar, pueden persuadir “intelectualmente”, a las disciplinas especializadas. Si nos convence a los filósofos es que, de hecho, definitivamente, nos hemos vuelto imbéciles y hemos dejado de leer a Platón y sus requisitorias contra la enseñanza técnica y la técnica de la enseñanza (la sofística). Ah, la sofística, de esa astucia de lenguaje han surgido algunas de las grandes cuestiones (pues Soc/Platón les responden), aparte de todas las Fac. de Derecho… De la ciencia pedagógica es de esperar que no deje más que un vago recuerdo, como un mal sueño rousseauniano, merecedor de ser puesto a la par, popperianamente, de los “saberes” infalsables: psicoanálisis, marxismos de vía estrecha y brujerías varias.
Ps. Le recomiendo, como una muestra magnífica de lo que se avecina, este artículo de Dª Rosario Ortega (www.stecyl.es/Opinion/081204_docencia_EEMM_master.pdf), catedrática de Psicología, publicado en el panfleto Escuela. Un saludo. MLL, Almería.

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