17 de diciembre de 2008

Un buen día comienza

(Aristotélico) Hay quien prueba la existencia de la maldad, igual que hay quien prueba la existencia de su contrario. Quien prueba, encarnándola, la existencia de la sabiduría. Luego, por otra parte, está la clase político-periodística.

***

(Un buen día sigue)

El cuerpo para la filosofía, la mente para el placer: ¿esta ascesis nietzscheana es posible?

Sí. Tiene lugar en la escritura, en su larga condensación que es el texto, en lo sólido continuado que es la obra, hecha de renuncias y de sueños.

***

(Krausiana)

Mísero y doliente, ridículo en mi torpe timidez, no sabría yo cambiar mis noches por estar con la mujer que amo. Soy un desgraciado que escribe. ¿Quién se atreve a hablar así?

En mis noches, en las páginas anónimas que escribo, en las letras ajenas que ya son mías, soy un ángel apasionado, no el ser frío y amargado que conocéis. El atrevimiento no cesa.

...

Un ángel, mas yo en ángeles no creo: surcan ríos, atraviesan países, para fundirse en cuerpos, realizando su vocación de serlo y ocupar la tierra y darle fruto---

Cuando los ángeles lloran, según su canción, demuestra el alma su mediocridad, acariciando el pelo, en vez de arrojarse al fango de los abrazos, la saliva y la sangre que hierve en las bocas hasta hacerse daño: que es el límite irrebasable del amor.

Me doy la vuelta, al cabo del vino y el aire:

En ángeles no creería ni aunque los conociera. Yo he llegado a no conocer nada, a conocer la falta de precio de todo.

***

(Cuán largo me lo fiáis!)

Pd: no voy a catar el maridifrag hasta después del Meneceo. Palabrita de astuto impostor.

1 comentario:

Egoficción dijo...

Oye, que así fue. Ni una gota hasta la tarde...