30 de diciembre de 2008

Sujetos domésticos

El espacio entre cuatro paredes acaba transformándose en un traje a la medida de la persona. Los objetos, en sus adornos.

El tiempo mismo experimenta cambios. El tiempo, el color del tiempo.

El tiempo acaba siendo uno y su memoria, mientras los objetos se hacen eternos. Huellas de nuestras culpas y errores, impedimentos del olvido.

2 comentarios:

Egoficción dijo...

Sigo en cama... con 38 ó 39... ¡lástima que sean grados!

Martín López dijo...

No, menos mal que son grados... Teophilus Misoginus dixit.