8 de septiembre de 2008

Economía de mercado

Ser un bien circulante, o ni tan solo eso: sino, mejor dicho, ser un instrumento de la circulación de bienes. No obstaculizar, hacer que corra el aire monetario.

No existen lugares, ni privados ni públicos, exentos de esta plaga de la conciencia (la mentalidad económica) que envenena o cierra las relaciones---

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100 años de Pavese que festeja el periódico. Lo mejor, el olor del papel.

Acostumbrados a la pantalla inodora (y todo lo más al zumbido del ordenador), el aroma fresco a tinta de prensa lleva del contenido o de su ausencia a la forma que promete... No sé si me explico.

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Marcha el ánima entre los vaivenes cansinos del valle de los sueños... y se encuentra en la página impresa de los Diarios de Bloy la referencia de la muerte del rival mortal, Zola, un día de 1902. "La feliz noticia se produjo...", o algo así escribe Bloy. Que era un católico malvado y un francés odioso en lo que escribe, un idóneo trasunto fáctico del neoteólogo y neogeómetra I. J. R.

Voilá (en la trad. de C. Serra, ed. Acantilado, 2007, p. 207):

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Interesa: una vida tan de ficción que no se llega a escribir... (Interpretando libremente los pocos datos.)
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Maravillas de la naturaleza:
Un ser tan, tan obnubilado, que pretende explicar las palabras de cierto político español actual con la teoría de los actos de habla, que en rigor sólo se aplicaría a un inglés de los de té a las five o´clock. Causa perdida.
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Por lo demás: un día absurdo en su meteorología, que ni para pasear sirve: bochorno, cielo cerrado y estéril (sin lluvia final resultante), aire que molesta. Los coches, eternamente los coches en su viaje intemporal desde que se inventó el motor de explosión, o el de combustión interna.
Ps. Más la convicción, totalmente ameteorológica, de que España no es un país serio. (Que el virreinato se lleva la palma y olé.)

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