21 de julio de 2008

Diario de un enfermo, ciclos

Mañana: normalidad impersonal; comienzo de la duda.

Tarde: pesadilla, a pesar del sueño.

Noche: renovación, promesa, vida.

(De vez en vez se conoce la absurda pérdida de tiempo. ¿No valdría más la confesión directa?)

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