8 de abril de 2008

Confesión, IV

Naturalmente, como parte de la obligación contraída, se debe renunciar a la idea de un reparto del tiempo propio entre trabajo y descanso. No se debe descansar nunca: no se debe descansar si se trata de un tiempo administrado, como una concesión pasiva que hace nuestra inteligencia a los gestores de nuestra vida---

No hay comentarios: