10 de marzo de 2008

Socrática brasileira

Los gobernantes de aquel país habían decidido transformar a sus ciudadanos en un rebaño feliz, despótico y glotón. Nada mejor, para conseguirlo, que empezar concediendo la razón a los jóvenes. Y eso no. Los jóvenes pueden tener la inteligencia, la belleza, el genio, el sagrado don de la espontaneidad... pero la razón (inteligencia + experiencia = prudencia) no. Ésta pertenece a los que se saben definitivamente mortales. Aguardan. Merecen respeto.

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