19 de diciembre de 2007

El gesto de leer...

... , esas maneras o disposiciones del ánimo en las que se acaba cifrando todo el orgullo de ser: no dejan de tener algo de amanerado o risible: un hombre sentado que lee, un hombre que pierde la memoria, el sentido de la orientación, que se confunde con el tiempo y con el espacio, con los acontecimientos que los rellenan, que plenifican el vacío inicial del mundo---

El anti-hombre, el ser-fuera-del-mundo: atractivo para Nadie---

Un sociable-insociable, un idiota que ha perdido el sentido del lenguaje---

...

-¿De quién hablamos?
-Del sujeto. Que cada uno porta consigo, pretendiendo miserablemente no ser una máscara, ni reflejo ni sombra: sólo la pura intimidad avecindada con el dios. Pero no---

1 comentario:

Egoficción dijo...

Palabras, palabras. "¿Sujeto"?, pues di alma que en la definición lleva implícita la impotencia, la inexistencia. A la experiencia de tal nimiedad, llámala sujeto, individuo, tú o yo, alma, conciencia, etc. ¡Cómo quieras, pero no te lo tomes en serio ni se te ocurra pensar que es irreal!