14 de diciembre de 2007

Demagogias desatadas, III


Y sobre esta trivialidad se pretenden extraer conclusiones: pero la trivialidad no es lo problemático que se dice (esa duplicación de los conocimientos científicos cada x años), sino que está en la impresión que el lector debe extraer (que no le queda más remedio que derivar): en ese enorme vacío más allá de las cuatro reglas. Es decir: que no se puede enseñar nada, que nada vale la pena, desde el momento en que el conocimiento se duplica y mágicamente se borra lo anterior. Como si lo pensado hasta ahora hubiera de ser el mayor disparate para el pensamineto (es un decir) pragmáticamente orientado. Aunque, a lo peor, así es...

"... somos conscientes de que no se puede saber": sobre esta magnífica verdad adquirida de la insuficiencia y parcialidad del conocimiento humano, a partir de esta verdad que nadie había conocido se demanda a la escuela que desprecie los conocimientos---

¡Qué gran contento debe producir el descubrir la ignoracia! ¡Cuán lejos de los aguijonazos del querer saber, de la ambición edénica y babélica!

...

El águila, el animal del espíritu sociológico utilitario y satisfecho (muy satisfecho), planeaba muy por encima, describiendo sus círculos de felicidad sobre las cabezas del rebaño también satisfecho: pero despreciador del saber---

...

Porque "hoy en día nos encontramos con nuevos conocimientos cada día": Que nos vienen dados a nuestro pasivo esfuerzo, en gracia del progreso y de la razón---

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