30 de noviembre de 2007

Pendientes

¿Por qué se escriben las cosas? ¿De quién y a quién? La intención y el objeto se ha perdido: el recuerdo interpreta nada más. Con lo que la conciencia que recuerda conoce su capacidad de engañar. Por las redundancias de lo escrito (el callar, la indignidad, el alcanzar... ) no nos equivocaremos mucho si pensamos en alguien que tiene una mala tarde.

***


No hay comentarios: