18 de noviembre de 2007

Medios y fines

La decisión de conservar el contenido de una visión, en palabras o en un registro perceptivo más ajustado, el propósito de fijar como detenido y contemplable lo que ya se está sospechando que es más que fugaz, esas buenas intenciones, que se abrigan cuando se siente cálido el corazón, tienen (tan firmes propósitos) que tropezar con la torpeza del que se dice a sí mismo, que ya es hora, y que hay que llevar a cabo lo que se ha prometido---

Entonces no se encuentra ni el camino ni el lugar, más allá o más acá del pago, en este recodo del río o en el otro. Tampoco la luz es la misma, ni la hora, ni la estación. Por eso lo que parecía completamente devuelto a una tierra de la que se había atrevido a salir (esa casa en ruinas que nos sorprendió, porque casi igualaba el tono marrón claro de la tierra seca circundante), la imagen de ese día del verano que no hace tanto que ha pasado, se resiste a los ojos y las manos del torpe fotógrafo sudoroso y excéntrico, armado con chaqueta de chándal y gorra publicitaria, que va dando vueltas y más vueltas por el cauce seco del río A***

Sí, la foto se hace y existe, y con la misma dificultad ha pasado, no me preguntéis por Dios cómo, del archivo de la Samsung digital promocional al ordenador también promocional---

Esa foto tan deseada no es la que viene aquí, que es de una casa parece que cerrada hace mucho tiempo en una calle estrecha de la pequeña ciudad---

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