23 de septiembre de 2007

Observando el comportamiento...

... de los conductores españoles en la carretera, que puede ir desde el maleducado e ignorante incivismo hasta la psicopaticidad y el crimen; observando todo eso que conocemos perfectamente, y que es materia de burla a nuestra costa, más que otra cosa, cuando surge el tema en las conversaciones triviales, sin tener especial confianza en que ningún tipo de virtud se pueda enseñar, no me parecen, a pesar de todo, que deban ir desencaminados los proyectos de una educación ciudadana---

Ocurre, simplemente, que convivir supone normas, reglas, imposiciones, cuyo cumplimiento incondicional nadie nos ha exigido últimamente---

La libertad en la calle (pública, implicando o complicando la vida a otros) no puede sostenerse en una comprensión de las razones que mueven a un particular, o a un estado, a infringir las reglas cuya existencia o contenido conoce, ni debería suponerle regalías y milperdones al infractor---

Puesto que no vamos a querer ser ahora protestantes, para meternos en el cerebro el dios con los mandamientos, no estaría más retomar un sentido de la virtud que no sé si habría de llamar jacobino (también por Jean-Jacques) o kantiano, que pudiera hacer conocer a los miembros de esta república cainita e incumplidora la existencia de normas puramente reglamentarias que no deben estar en cuestión mientras tenga lugar el juego de la convivencia---

Las protestas derechistas y católicas (aunque atinen en la materia ) ante una posible educación ciudadana, caen en un grave error al querer fiarlo todo a la particular educación moral de unas gentes, cuya práctica desaparición (como tal enseñanza, a no ser en reductos muy "integristas") es justamente la causa principal del mayor de los problemas: el significado universal y obligatorio de las reglas, en cuya presencia no tiene que admitirse ningún "pero es que"---

Puesto que respetamos fielmente el principio de no contradicción mientras estamos razonando, no veo por qué esa contradicción ha de ser consentida y aun fomentada en un sentido práctico---

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Buen texto de Fernando Castro Flórez ("La tentación virtual", en el cultural de Abc de ayer), del que se podría aligerar la confección retórica (concesiones a la brillantez del estilo y del pensamiento) y alguna ambigüedad. [No está en la edición electrónica todavía: www.abc.es/abcd/]

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