1 de septiembre de 2007

Mojácar, 1 de septiembre

Con su aire pobretón, los pantalones remangados y una gorra roja usada, el libro bajo el brazo, nuestro Hulot despide este verano cuando camina por el paseo que hay a la orilla de la playa. Como va solo, tiene tiempo de pensar en lo inteligentes y poderosos que son todos esos señores y damas que están sentados a la sombra en los bares, y también los que corretean y juegan al borde del agua, dejando las marcas de sus pies descalzos en la arena por un breve tiempo.

1 comentario:

Egoficción dijo...

Yo, cuando estoy en la playa me fijo en otras cosas...