2 de agosto de 2007

Un año pasado

¿Me repito? Sé que no soy buena persona, pero no me gustaría repetirme...

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(Mestizaje)

Mimetismo histérico, double bind (Ch. Stallaert): en muchas ocasiones pienso, aunque yo sólo soy un pobre liberal, que la escisión, la falla o el corte no están en el objeto, sino en la mente que pretende conocer la realidad. El intelectual tiende a edificar su paraíso entre las nubes (Aristófanes): proyectado en la tierra, suele equivaler a una pesadilla de simpleza y grisura, también a la multiplicación de los crímenes. La tesis de Stallaert no puede ser cierta, pues violenta un principio de sentido común -parece violentarlo: no me imagino cómo se puede correlacionar -si no es jugando de una manera algo infantil con los términos, con las simetrías, con los espejos: las disciplinas fascinadas, siempre, por la metáfora matematizante- el Renacimiento/Barroco español con la Alemania hitleriana. Me parece -siempre la opinión, mi pobre doxa- que hacemos aquello que de ninguna manera nos podemos permitir: sustituir los hechos por las interpretaciones. Ya sé, ahora sí, que esto viene a ser inevitable, pero deberíamos contar con la conciencia moral que se atreviera a querer evitarlo. Para evitar la mala fe. Aunque yo también amo los espejos, sin pretender comprenderlos.

Mestizaje: la impresión repetida, al aire ya escasamente veraniego del agosto avanzado, de que los poblamientos siempre son provisionales, la ocupación y organización del espacio, precaria; dependientes, como no tenemos más remedio que conocernos, de la misma provisionalidad de nuestros deseos y nuestras intenciones. Sólo una sugerencia leve del cuerpo, quizás, un apunte nacido de la irreflexión que pasea: los extraños que habitan las casas que aquí se abandonan con la intención de mejorar el hábitat propio, reconociendo en sus costumbres sobrevenidas el mandato de la nueva identidad. No sé predicar acerca de esa impresión, que se origina, en mi recuerdo caprichoso de ahora -así la memoria cultural de Caballero Bonald (La costumbre de vivir), veleidosa, asistemática, muy poco objetiva, fuera de método: viva y finita-, en la muy agradable sensación de una brisa fresca y olorosa que traen los árboles por la noche, a su libre movimiento.

17 de agosto de 2006

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