10 de junio de 2007

La tentación del pensamiento

En un instante de pesadilla cruza por el cerebro la ilusión de su capacidad para actuar. Olvida las consecuencias irreparables de sus actos, admirado de la redonda plenitud que tienen y que no se podía esperar de sí mismo.

Únicamente un dios piensa -dentro de sí mismo, de su independiente autosuficiencia; absoluto para sí mismo-; los seres mortales lanzamos opiniones que nos horrorizan, y que nos darían todavía más miedo si no nos echara para atrás nuestra prudencia o cobardía -cada vez que nos visita un instante de pesadilla, de los que, encadenados, erigen una mala vida.

Los mejores podrán entender que el mal aparece con la acción; el bien con la reflexión estéril.

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