24 de mayo de 2007

Ineptitud, felicidad del tiempo, irresponsabilidad...

Las decisiones no se mantienen, independientemente del tamaño del camino que abran...

... quedan abriendo sólo caminos del pensamiento, métodos puros, estériles.

El punto de honor no existe más que como idea: en lo particular, inocente o impotente; colectivizado, el honor engendra el crimen, de raza o de clase.

***

(En torno a una lectura debida: Imitación y experiencia, de Javier Gomá)

Dejándome ir yo, abierto a la letra, receptor perfecto -por lo menos puro-, consigo una norma para la que me basto yo solo: en tanto nadie, casi un objeto en el que la imitación tiende a perfeccionarse como experiencia propia.

No hay comentarios: