5 de enero de 2007

Salida/s

Pensamos en la manera de conjurar ese sentido nuevo y triunfante de la riqueza, el ansia de novedades, el imperio total de la moda (para consumidores y ciudadanos: una vez que éstos, faltos de la conciencia de finalidades, son, definitivamente, consumidores de las ofertas políticas). La riqueza siempre abrió el camino, pero ha sido la riqueza democrática y social la que ha terminado por arrumbar con el runrún -monocorde, de un solo corazón- de la tecnoideología todo resto de piedad de que podían vivir las ideologías enfrentadas. Así que añoremos libertades negativas dentro de la fatalidad de la cultura afirmativa en la que nos toca vivir y morir...

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