30 de octubre de 2006

Música y sueño, lugar de paz

Historia privada:
Escuchaba la radio en una habitación mal encalada, que no podía esconder el olor a tierra y humedad. Cada vez que lo recuerdo, y que la memoria se me aparece en instantes de agradecimiento, pongo mi ánimo -escondiéndolo- muy por debajo del suelo: son unos momentos de verdad en los que saldo la deuda de la única manera que sé y puedo (dichtung und warheit).
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Una gran soledad que se confunde y confunde: da poemas a los cuerpos y regenera el tiempo, anulando distancias.
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Es mucho más fácil fallar en el mensaje que en la intención, o en el destinatario.
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Deseamos un lugar de paz, todo luz y claridad: con todas nuestras fuerzas, hasta confundir la depresión con su opuesto, el hallazgo del bien, de la Persona.

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